Estas Navidades el grupo de la Fraternidad
sintió la satisfacción que da el consolar y alegrar a los que sufren.
Experimentaron que es más gozoso dar que recibir…
(aunque también recibieron aguinaldos)
Llevar a Jesús a las casas fue un honor que nos gustará repetir en años sucesivos.
¡Gracias a todos los que abristeis vuestra casa y vuestro corazón a Jesús!