En el Antiguo
Testamento
(Exodo 15,13)
“Yahveh es
Yahveh, Dios misericordioso y clemente, tardo a la cólera y rico en amor y
fidelidad, que mantiene su amor por mil generaciones, que perdona la iniquidad,
la rebeldía y el pecado…”
(Exodo 34, 5-7)
“Yahveh, tu
Dios, es un Dios misericordioso: no te abandonará ni te destruirá, y no se
olvidará de la alianza”
(Deuteronomio 4, 31)
“Aunque fueran
vuestros pecados como la grana, cual nieve blanquearán. Aún cuando fueran rojos
como el carmesí, cual lana blanca quedarán”
(Isaías 1, 18)
“¿Acaso olvida
una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Pues
aunque ésas lleguen a olvidar, Yo no te olvido”
(Isaías 49, 15)
“Si mi padre y
mi madre me abandonan, el Señor me recogerá”
(Salmo 27)
“Cual la
ternura de un padre para con sus hijos, así de tierno es Dios para quienes le
aman”. “Dios perdona todas tus culpas, cura todas las dolencias, rescata tu
vida de la fosa y te colma de amor y de ternura”
(Salmo 103)
En el Nuevo
Testamento
“El Espíritu
del Señor está sobre mí, porque me ungió para evangelizar a los pobres; me
envió para predicar la libertad a los cautivos; a los ciegos, la recuperación
de la vista; para dar libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del
Señor”
(Lucas 4, 18)
“No necesitan
médico los sanos, sino los enfermos. Id y aprended qué significa aquello de
‘misericordia quiero, y no sacrificios’ porque no he venido a llamar a los
justos, sino a los pecadores”
(Mateo 9,10)
“Venid a Mí
los que estáis fatigados y agobiados y Yo os aliviaré. Yo soy manso y humilde
de Corazón”
(Mateo 11, 28)
Del costado
abierto de Cristo salió sangre y agua. Se cumplía así la profecía de Zacarías:
‘mirarán al que atravesaron’ (Juan 19, 34, 37)
En esta misma profecía, Zacarías anuncia que Dios derramaría “un espíritu de gracia y misericordia” (Zacarías 12, 10.)
El Corazón abierto de Jesús es el torrente dela Misericordia Divina.
En esta misma profecía, Zacarías anuncia que Dios derramaría “un espíritu de gracia y misericordia” (Zacarías 12, 10.)
El Corazón abierto de Jesús es el torrente de
¿CUÁL DEBE SER NUESTRA RESPUESTA?
¿QUÉ HACER PARA ALCANZAR LA MISERICORDIA DE
DIOS?
1. DEBEMOS PEDIRLA EN LA ORACIÓN : “Ten misericordia de mí, oh, Dios, según tu amor” (Salmo 51). Como la Iglesia lo pide
constantemente: “Señor, ten piedad. Cristo, ten piedad. Señor, ten piedad”
“Dios Todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y
nos lleve a la Vida Eterna ”
“Cordero de Dios … Ten piedad de nosotros”.
2.
DEBEMOS PRACTICARLA CON EL
PRÓJIMO:
“Sed perfectos como vuestro Padre
celestial es perfecto” (Mateo 5, 48) “Sed
misericordiosos como vuestro Padre celestial es misericordioso” (Lucas 6, 36). “No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados;
perdonad y seréis perdonados. Porque con la medida que midáis se os medirá a
vosotros” (Lucas 6, 37). “Bienaventurados
los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia” (Mateo 5, 7). Y “El juicio
será sin misericordia para quien no practicó la misericordia. La misericordia
triunfa del juicio” (Santiago 2, 13)
3. DEBEMOS CONFIAR EN LA MISERICORDIA : Cuando el culpable se
obstina en su culpabilidad, no es la Misericordia quien aparta de él, sino que él se
aparta de la Misericordia. Esta
obstinación tiene dos polos opuestos muy peligrosos:
a) El que no cambia de vida
porque piensa: “Dios es tan bueno que puedo hacer cuanto sea y me va a
perdonar”
b) El que cambia de vida
pero lleva a cuestas el lastre de su maldad cometida no dejando a la Misericordia que
actúe en él.