La Historia de la Iglesia es la
narración ordenada de los sucesos ocurridos y de los hechos realizados por la
Iglesia, tanto en su desarrollo interior como en sus relaciones sociales, bajo
la Providencia divina.
El objeto de la historia es la
evolución externa e interna de la sociedad fundada por Jesucristo. Internamente
es la ciencia de su doctrina, en sí y en sus fieles; y externamente es el
contraste y relación con las demás sociedades humanas.
Su estudio es importante, entre
otras razones por su misma excelencia, por ser divina; por su santidad de
doctrina; por lo portentoso de su historia; por la santidad de sus miembros y
por ser nuestra historia de católicos.
Podemos dividir esta historia en
cuatro grandes bloques:
La Edad Antigua: desde la fundación de la Iglesia
hasta el fin del Imperio Romano.
La Edad Media: desde el fin de la Edad Antigua hasta el
Protestantismo.
La Edad Moderna: desde el Protestantismo hasta la
Revolución Francesa.
Y la Edad Contemporánea: desde la Revolución Francesa
hasta nuestros días.
Para el estudio de la Historia de
la Iglesia existen diferentes fuentes de información que pertenecen al pasado:
Monumentos, Tradiciones y Documentos. En la Iglesia estas tres fuentes se dan
abundantemente.