-¡Todo entero en todas y cada una de las partes de las sagradas especies! ¡Lucas, eres monaguillo! ¡No puedes fallar esta!
Erase una vez una monjita muy, muy, muy, muy… pequeñita…
a la que le gustaba mucho hacer formas de comunión.
Un día la Madre Priora la llamó a su celda:
-Sor Peque ¿Ha visto las formas que hacen las monjas
de Sta. Rita?,
¡Son
perfectas! ¡No desprenden partículas!,
y no hay ninguna rota!…
-Mañana irá a verlas y que le enseñen cómo hacerlas
así de bien.
(Y con esta esperanza… Sor Peque se durmió)
Al día siguiente, en Santa Rita, la priora:
-Esta máquina ya hace la masa, la inyecta, cuece dos
planchas a la vez, y se auto limpia.
-Una vez hechas
las planchas las ponemos en este armario
donde se humedecen en unas condiciones
controladas de humedad y temperatura.
-Pero la clave
está sobre todo en tener una buena cortadora,
y una vez que se han cortado las
planchas; se secan las formas,
y se pasan por esta doble cinta transportadora
que separa las partículas pequeñas y las formas rotas.
- Pero entonces…
¡Estas monjas no hacen formas de comunión!…
¡Más bien se dedican al control de
calidad!...
- Más o menos Reverenda Madre.
- ¡No perdamos la
paz por esto y HAGAMOS DE LA NECESIDAD VIRTUD!
Nuestras bolsitas
de formas llevarán todas una etiqueta que ponga…
Formas
de comunión
Que
desprenden partículas.
¡Sacerdote
No sea modernista!
¡Purifique
el copón!