Los
Apóstoles: son los doce elegidos por Cristo: Pedro, Andrés, Santiago el Mayor,
Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Santiago el Menor, Judas Tadeo, Simón, Matías,
y Judas Iscariote.
San
Pedro: su personalidad. De
humilde pescador pasa a ser fundamento de la Iglesia y otros Cristo. Es de
espíritu vehemente y entusiasta enamorado de Cristo. Acompaña a Este en los
momentos culminantes de su vida; es célebre su confesión en Cesaréa. Recibe la
primacía oficialmente tras la Resurrección de Cristo; después de Pentecostés
actúa como jefe supremos y es reconocido por todos como tal; ejemplos son lo de
Cornelio, el Concilio de Jerusalén, sus sedes de Asia y Roma.
Bautismo
del centurión Cornelio. Este hecho es la solución del problema de la
admisión de los gentiles; el cese de las dos tendencias, judía y pagana.
Mediante unas visiones, tanto Pedro como Cornelio son inducidos a la solución.
Pedro bautizó al centurión y a su familia.
Cristianismo
en Roma. Aunque se supone que desde el sermón de Pentecostés había cristianos
en roma, la religión arraiga a la llegada de Pedro.
San
Pedro, Obispo de Roma. Después de la liberación por el Ángel en la
persecución del año 42, San Pedro vino de Jerusalén a Roma, de donde salió
algunas veces, pero volviendo a Roma, donde fijó su sede definitiva.
Martirio
de San Pedro. Sufrió martirio el año 67 bajo Nerón. Fue
crucificado puesto de cabeza abajo.
Pontificado
Romano: Los Papas sucesores de San Pedro. Hay una relación estricta entre
la fijación por San Pedro en la sede de Roma, y el que los Obispos de Roma sean
sucesores de Pedro en la primacía. Esto se prueba por el testimonio de los
Padres apostólicos, Doctores y teólogos, y por la historia, donde consta que
siempre los Obispos de Roma han sido tenidos como sucesores de Pedro.
El
Cristianismo en España y Santiago el Mayor. Es tradición secular que
Santiago el Mayor predicó el Evangelio en España, donde se le apareció la
Virgen, todavía en el mundo, posándose en unas ruinas junto al Ebro, lo que hoy
es Santuario famoso.
Martirio
de Santiago. Compostela. Tras su martirio en Jerusalén, los
discípulos de Santiago enterraron su cuerpo en Galicia. Por temor a
profanaciones se celó tanto el lugar que desapareció la memoria. En tiempo de
Alfonso II y por unas señales milagrosas fue descubierto el sepulcro del
Apóstol en Compostela.
Los
otros Apóstoles. Se repartieron por el mundo para predicar el
Evangelio y murieron todos en el martirio.