Páginas

EN TIEMPOS DE LUCHA: EL ROSARIO

Entramos en el último cuarto del SIGLO XX. Estamos en un período de combate implacable.
Tenemos a la vista una perspectiva de lucha religiosa que se manifiesta claramente en los más graves errores antirreligiosos:
Ateísmo, herejías, progresismo, contestatarios, indiferentismo, hedonismo…añadiendo a esto una variedad de sectas tan extravagantes que llega a parecernos inverosímil; sin embargo, hay muchísimas personas que aceptan y abrazan semejantes deslates.
¿Cuál es la causa?
Para mí, la causa es: El engaño que está haciendo el demonio a tantas almas.
El demonio tiene mucho interés en hacer creer a todos que NO existe.
Satanás es el Padre de la mentira; desde el principio es el GRAN EMBUSTERO porque es el grandísimo envidioso. ¡Qué envidia tan grande nos tiene el demonio a los hombres!
“La serpiente me ha engañado”, dijo Eva a Dios cuando le preguntó: “¿Por qué has hecho eso?”.
Todos lo sabemos, la serpiente era el demonio en ella escondido…
Hoy existen en el mundo muchos millones de personas engañadas por el diablo. Las inspira que no hay demonios, que no hay infierno, que todo ello es un disparate, un absurdo. Que no puede haber castigos eternos, que era cosa de los curas, y otras cosas parecidas. ¡Todas mentiras!
Después del primer pecado del hombre en el Paraíso Terrenal, Dios dijo a la serpiente, que es el diablo o Satanás: “Enemistad entre ti y la Mujer, a quien has engañado, entre tu descendencia y la suya, Ella te aplastará la cabeza”
Esta Enemistad, esta lucha entre Satanás y la Mujer, que es María Inmaculada, o sea entre la raza de la Virgen y la del diablo, es hoy más enconada que nunca, más terrible que hasta ahora, porque sabe el diablo que le queda poco tiempo.
Por eso, porque sabe el diablo que se acaba su tiempo. El tiempo de engañar a los hombres, está más furioso, más agresivo contra los hijos fieles de María, es decir contra los predestinados. (Los otros los considera como seguros, aunque…) y es preciso prepararnos y esforzarnos con toda clase de armas espirituales para dar la gran batalla, la última batalla en la que será vencido y confinado por San Miguel Arcángel en el infierno hasta que Dios quiera.
Y ¿Qué arma debemos emplear para derrotar a tan formidable enemigo?
El arma y el valor y el tesón y la energía y la constancia y el triunfo nos ha de venir de la Mujer que aplastó la cabeza del enemigo infernal, es decir, de la virgen Inmaculada.
El arma terrible y triunfadora es: ¡El Santo Rosario!
Del libro: EL ROSARIO