LOS SANTO PADRES Y
ESCRITORES ECLESIÁSTICOS
Padres Apóstólicos.-
Se llaman Padres Apostólicos a aquellos escritores eclesiásticos que
fueron oyentes directos de los Apóstoles. Los principales fueron: San Clemente,
San Ignacio Antioqueno, San Policarpo y San Papías.
Los Apologistas._
Fueron hombres doctos que defendieron la verdad de la fe cristiana
contra las acusaciones y calumnias de los perseguidores, y la pureza de la fe
contra los herejes. Sus escritos se llaman Apologías. Sobresalieron San
Justino, Minucio Félix y Atenágoras.
Los Polemistas.-
Fueron sabios cristianos que dirigieron sus escritos y discursos a
refutar los errores de los filósofos paganos. Merecen especial atención San
Ireneo, Tertuliano y Orígenes.
Padres de la Iglesia
Oriental.-
Fueron San Atanasio, San Basilio, San Gregorio Nacianceno y San Juan
Crisóstomo.
San Atanasio fue el martillo del arrianismo y
el incansable defensor de la doctrina católica .
San Basilio, Obispo de Cesárea, se distinguió por su elocuencia, por su
caridad hacia los pobres y su amor al monacato.
San Gregorio Nacianceno fue orador elocuentísimo, teólogo profundo y el campeón de la unión de
las dos Iglesias.
San Juan Crisóstomo, Patriarca, como el anterior de Constantinopla, fue seguramente el
mayor de los oradores cristianos; infatigable defensor de la virtud y
fustigador de los vicios, murió en el destierro por esta causa.
Padres de la Iglesia Latina fueron San Ambrosio, San Jerónimo, San
Agustín y San Gregorio Magno.
San Ambrosio, siendo Gobernador de Milán y aún catecúmeno, fue proclamado Obispo por
aclamación. Modelo de Obispos, escribió sapientísimos libros y sus sermones
decidieron la conversión de San Agustín.
San Jerónimo fue de vida muy austera y de un talento extraordinario. Por dominar el
latín, griego y caldeo, el Papa San Dámaso, de quien fue secretario, le encargó
la versión al latín de la Biblia, la cual se llama Vulgata.
San Agustín, convertido del maniqueísmo, fue nombrado Obispo de Hipona y es el más
grande teólogo de todos los Padres de la Iglesia. Entre sus innumerables obras
destacan Las Confesiones y la Ciudad de Dios.
San Gregorio Magno, de familia ilustre, fue Prefecto de Roma. Vistió el Hábito benedictino y
nombrado Papa contra su voluntad, fue el más importante Pontífice de la Edad
Antigua. A él se deben la reforma de costumbres, la renovación del canto
litúrgico, la evangelización de Inglaterra y la formación del Estado
Pontificio.