La concepción y nacimiento de Jesús de una Madre
Virgen es un grandísimo milagro de Dios, que
por cierto, había sido profetizado por Isaías muchos siglos antes: “Una Virgen concebirá y parirá un hijo, y le llamará Enmanuel -Dios
con-nosotros-”
La Virgen María fue virgen antes del parto, en el
parto y después del parto. Ella es Virgen y Madre por un privilegio singular de
Dios. Las flores, cuando tienen fruto,
pierden la flor, y no se ven en un mismo sitio la flor y el fruto; más la
Virgen es la única flor que al mismo tiempo tiene entres sus pétalos purísimos
e intactos, el fruto. Por eso el Profeta Ezequiel la presentó bajo la figura de
la puerta oriental del templo:
”Esta puerta está cerrada, no se abrirá; no pasará por ella hombre;
porque el Señor Dios de Israel ha entrado por ella; y quedará cerrada”