En este primer sábado hemos querido reparar el Corazón Inmaculado de María contra las blasfemias que atacan la virginidad de María.
Después del Santo Rosario meditado ante el Santísimo Expuesto, recibimos la bendición y a continuación se celebró la Santa Misa al Corazón de María.
Tomad, Virgen
Pura,
nuestros corazones.
No nos abandones,
jamás, jamás.
No nos abandones,
jamás, jamás.
Mil querubes bellos
orlan Tu dosel.
Quiero estar con ellos,
Virgen, llévame.
Contigo en el cielo,
colmado mi anhelo,
¡qué feliz seré!
Allí, Tu hermosura,
por siempre veré,
y eternal ventura
con ella tendré.
Allí, Tus loores,
con himno de amores,
sin fin cantaré.
nuestros corazones.
No nos abandones,
jamás, jamás.
No nos abandones,
jamás, jamás.
Mil querubes bellos
orlan Tu dosel.
Quiero estar con ellos,
Virgen, llévame.
Contigo en el cielo,
colmado mi anhelo,
¡qué feliz seré!
Allí, Tu hermosura,
por siempre veré,
y eternal ventura
con ella tendré.
Allí, Tus loores,
con himno de amores,
sin fin cantaré.
Mi alma, Madre, ansía
en la eternidad,
con suave armonía,
Tu loor cantar.
Y en sublime abrazo,
allí, en Tu regazo,
a Dios alabar.
en la eternidad,
con suave armonía,
Tu loor cantar.
Y en sublime abrazo,
allí, en Tu regazo,
a Dios alabar.
Allí, Madre mía,
qué dulce será,
la suave ambrosía,
de Tu amor, gustar.
Por siempre dichosos,
con himnos gloriosos,
a Dios ensalzar.
qué dulce será,
la suave ambrosía,
de Tu amor, gustar.
Por siempre dichosos,
con himnos gloriosos,
a Dios ensalzar.