Lourdes era
una pequeña y humilde aldea apenas conocida en la misma Francia.
Hacia el
oeste de la población se levanta una colina rocosa conocida con el nombre de
Massabielle, que significa "Rocas Viejas".
En este
muro de rocas negruzcas abrió la naturaleza una gruta. La gruta era un lugar
completamente solitario y el suelo era árido y seco.
Este lugar tan
insignificante para los hombres sería destinado por Dios para manifestar su
amor y misericordia derramando sus gracias y abundantes bendiciones por medio
de su amorosísima madre: María Santísima.
Con motivo
de la Fiesta
de Nuestra Señora de Lourdes, en esta casa celebramos un triduo, con la
humildad y sencillez que nos caracteriza, que terminó el día 10 de Febrero,
víspera de la Fiesta.
Cada día
tuvimos Exposición del Santísimo con el rezo del Santo Rosario y meditación.
El último
día, además, nos acercamos en procesión hacia la imagen de Nuestra Señora que
se venera en
esta casa.
Allí nos
consagramos a la Inmaculada Concepción ,
uniéndonos espiritualmente a todos los católicos que en una noche como hoy y en
diferentes lugares del mundo acuden a la Madre del Cielo.
Como es tradicional en
esta casa, se sirvió un pequeño ágape al terminar la ceremonia a las personas
que pudieron quedar.