FRANCISCO
No
seáis nunca hombres y mujeres tristes: un cristiano jamás puede serlo. Nunca os dejéis vencer por el desánimo.
Nuestra alegría no es algo que nace de tener tantas cosas, sino de haber
encontrado a una persona, Jesús; que está entre nosotros.
La
Cruz de Jesús es la Palabra con la que
Dios ha respondido al mal del mundo. A veces nos parece que Dios no
responde al mal, que permanece en silencio. En realidad Dios ha hablado, ha
respondido, y su respuesta es la Cruz de Cristo: una palabra que es amor,
misericordia, perdón.
Jesús ha resucitado, hay
la esperanza para ti,
ya no estás bajo el dominio del pecado, del mal. Ha vencido el amor, ha
triunfado la misericordia. La misericordia de Dios siempre vence.