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EL ISLAMISMO O MAHOMETISMO


La religión de Mahoma es una mezcla de judaísmo, cristianismo y paganismo. Admite la existencia de un solo Dios (Alá), los ángeles y demonios, el Infierno y el Cielo.
Manda la circuncisión, la oración 5 veces al día, varias abluciones diarias, un mes de ayuno llamado Ramadán, la limosna como purificación, la guerra santa y peregrinar a la Meca una vez en la vida.
Prohíbe la carne de cerdo, el vino, los licores y el homicidio.

El Corán, compuesto de 114 capítulos o Suras, es el libro sagrado de los mahometanos, pues contiene toda esta doctrina y es además su Código Civil y Penal, cuyo único intérprete es el Califa.

Las conquistas del Islam. Muerto Mahoma, sus fanáticos seguidores impulsados por los Califas, iniciaron la Guerra Santa, conquistando Palestina, Siria Egipto, Persia y Norte de África.
Los árabes en España. Aprovechándose de la luchas interiores de los visigodos, Tarik y Muza entraron en España por Gibraltar, y después de derrotar al último rey godo Don Rodrigo, en Guadalete, se extendieron por toda la península, llegando hasta el Sur de Francia donde fueron derrotados por Carlos Martel en la batalla de Poitiers.

Situación de los cristianos españoles en esta época. Formaban tres grupos principales:
1º Mozárabes, los que vivían pacíficamente con los árabes, pagaban los tributos y podían profesar libremente su religión.
2º Renegados, que apostataron de la fe para librarse de los tributos y obtener beneficios temporales.
3º Cristianos, los que no fueron conquistados o se pasaron a la parte de los que mantenían su independencia y proseguían la Reconquista.

Persecuciones y mártires. Aunque al principio fueron los musulmanes tolerantes con la Religión cristiana, los emires decretaron varias persecuciones en las que sufrieron martirio innumerables cristianos. Entre ellos el obispo Eulogio, el sacerdote Fandila, la vírgenes Columbia y Pomposa y el niño Pelayo.

La Reconquista comenzó en Covadonga, al mando de Don Pelayo. Duró ocho siglos, rescatando lentamente la patria invadida hasta la total expulsión de los musulmanes, tras la toma de Granada por los Reyes Católicos en 1492.