Páginas

LAS CRUZADAS


Las Cruzadas fueron unas expediciones religioso militares que bajo la bendición del Papa, emprendieron los príncipes y pueblos cristianos para rescatar los Santos Lugares, donde padeció el Señor, el poder de los infieles
Primera Cruzada. Convocada por el Papa Urbano II, fue predicada por Pedro el Ermitaño. Su caudillo fue Godofredo de Buillón, que tras la conquista de Edesa y Antioquía, tomó Jerusalén, fundándose el Reino de Jerusalén, que duró 88 años.
Segunda Cruzada. La predicó San Bernardo y fueron sus jefes Luis VII de Francia y Conrado II de Alemania. La rivalidad entre estos dos príncipes fue la causa de que se perdiera todo el ejército cristiano sin conseguir cosa alguna.
Tercera Cruzada. Saladino, sultán de Egipto, se apodera de Jerusalén y contra él se organiza la tercera Cruzada, a cuyo frente marchan: por Inglaterra, Ricardo Corazón de León; por Francia Felipe II Augusto y por Alemania, Federico Barbarroja. Su resultado fue la toma de la isla de Chipre y de San Juan de Acre.
Resultado de las Cruzadas. Aunque no se consiguió la conquista de Tierra Santa, fin principal de las Cruzadas, se obtuvieron algunos resultados satisfactorios, como el prestigio de la Cristiandad, el desgaste de los ejércitos musulmanes, la intensificación del comercio y de la industria y un mayor esplendor de las Artes y las Ciencias.
Órdenes Militares. Fueron asociaciones religioso-militares que se fundaron para, además de defender con las armas los Santos Lugares, cristianizar lo conquistado y prestar auxilio a los peregrinos. Las más importantes fueron: los Hospitalarios, los Templarios y los Teutónicos.
Órdenes Militares Españolas. Fueron las de Calatrava, Alcántara, Santiago y Montesa. Su espíritu y fines fueron los mismos que los de las órdenes militares europeas.
Cruzada contra los Albigenses. Los albigenses fueron unos herejes que desde la ciudad de Albi, se propagaron por el sur de Francia. Afirmaban la existencia de dos dioses y la moralidad del suicidio; negaban la divinidad de Jesucristo, el Purgatorio, la transubstanciación y rechazaban el matrimonio.
Viendo el Papa Inocencio III que no podía atraerles ni por la misericordia ni por las penas canónicas, decretó una cruzada contra los albigenses, que duró 20 años y evitó la propagación de la herejía.
Inocencio III Subió al Solio Pontificio a la edad de 37 años y fue el más grande Pontífice de la Edad Media. Elevó el prestigio del Papado, reformó la Curia romana y las costumbres, fue celoso defensor de la fe contra las herejías de los albigenses y valdenses y convocó el IV Concilio de Letrán.
El IV Concilio de Letrán condenó las herejías albigense y valdense, ordenó la confesión y comunión anual y promulgó la V Cruzada a Tierra Santa.

La Inquisición Medieval. Fue un tribunal que examinaba la doctrina de los herejes; si de retractaban y arrepentían eran perdonados; en caso contrario, eran entregados al poder civil que imponía la pena corporal, según las leyes.