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La Virgen se puso sus joyas


Hace algún tiempo una feligresa muy simpática de la parroquia de San Cristóbal de Briallos le regaló unos pendientes a la Virgen


Pero Merchi… estos pendientes son muy grandes, son para una persona, y la Virgen es pequeñita. Además está recién restaurada, ¿cómo vamos a agujerearle las orejas?
-  Bueno, bueno, yo se los compré para ella... y pequeñita... 
...también soy yo!!


En fin… La imagen de la Virgen acababa de ser restaurada y no parecía conveniente poner, de momento, los pendientes.  Se guardaron en la sacristía y no volvieron a aparecer hasta después de unos años...
……… Cinco años después !!!    
Una mañana de Sábado Santo de 2012………

(...Ay, Señor, limpia mi alma como yo limpio este armario...)
  - Oh! Pero ¿qué es esto que he encontrado?
-  ¡Son los pendientes de Merchi! -dijo Auri-
 - Guárdalos otra vez. Ahora ya sabemos donde están.



Llegó el mes de Mayo, y pusieron el altar a la Virgen en la parroquia:
- Ya que han aparecido, vamos a  ponérselos.
- Engánchaselos al pelo… ¡perfecto!

Sin ellos saberlo, la Virgen María estrenaba los pendientes momentos antes de que su devota hija muriese.
Tras haber sido probada con una larga enfermedad, Merchi muere ese día: era primer sábado de mes. 

Siempre decía que quería que el día de su entierro la iglesia
estuviese llena de flores, y que le pusieran a la Virgen en el altar.

 Nuestra Señora le cumplió su deseos: 
El día que murió hubo una boda, por eso la Iglesia estaba preciosa. Además como era el mes de mayo, la Virgen estaba en su altar presidiendo la ceremonia y más todavía: ese día la Virgen tenía puestos los pendientes de Merchi para recibirla.

Y por la tarde del día siguiente, (que era el día de la madre) la Iglesia elevaba oraciones a Dios para que le concediera alcanzar el lugar del consuelo, de la luz y de la paz…


La Virgen se pone nuestras joyas y Ella nos presta las suyas para que estemos más guapos cuando lleguemos a la presencia de Dios.

Con flores a María


Venid y vamos todos

con flores a porfía,
con flores a María
que Madre nuestra es,


De nuevo aquí nos tienes
purísima doncella,
más que la luna bella,
postrados a tus pies.

Venimos a ofrecerte
las flores de este suelo
con cuánto amor y anhelo,
Señora, Tú lo ves.

Por ellas, te rogamos
si, cándidas te placen,
las que en la gloria nacen,
en cambio tú nos des.

También te presentamos,
cual más preciados dones,
rendidos corazones
Tú ya los posees.

Tu poderosa mano
defiéndanos, Señora,
y siempre desde ahora,
a nuestro lado estés.

El Inmaculado Corazón de María


         El 13 de julio de 1917, tras mostrarles en visión el infierno a los tres niños, la Virgen les reveló: "Visteis el infierno a donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo, la devoción a mi Inmaculado Corazón." Pues bien, será el 10 de diciembre de 1925 en Pontevedra, cuando la Virgen y el Niño Jesús manifiesten el plan que Dios quiere establecer en el mundo para la salvación de los pobres pecadores. Estas son las palabras de Nuestra Señora.

"Mira, hija mía, mi Corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme y di que a todos los que durante cinco meses en el primer sábado se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el Rosario y me hagan compañía durante 15 minutos meditando en los misterios del rosario con el fin de desagraviarme les prometo asistir en la hora de la muerte con las gracias necesarias para su salvación".

 Era la noche del jueves día 10 de diciembre de 1925, la Hermana Lucía se había retirado a su humilde celda para descansar cuando se le apareció la Santísima Virgen y al lado, suspenso en una nube luminosa, un Niño. La Santísima Virgen, poniéndole una mano en el hombro, le mostró al mismo tiempo un Corazón que tenía en la otra mano, cercado de espinas.
Al mismo tiempo dijo el Niño:
«Ten compasión del Corazón de tu Santísima Madre que está cubierto de espinas que los hombres ingratos le clavan, sin haber quien haga un acto de reparación para arrancárselas.»
Lejos de cualquier pretensión de entregarnos a un vacío sentimentalismo hemos de convenir, sin embargo, en el dramatismo de la visión que nos relata la Hermana Lucía y que habría de movernos a situarnos personal y comunitariamente de manera comprometida y responsable ante el mensaje.
La figura del Niño Jesús subraya su condición de verdadero Hijo de María la Virgen y por lo tanto la maternidad divina de Nuestra Señora.
Consecuentemente con ello se subraya además el verdadero hermanamiento de Jesucristo con nosotros en virtud de su Encarnación redentora. Por Él y en Él hemos obtenido la gracia de la adopción y hemos sido constituidos coherederos suyos de la herencia celestial.
Quien urge nuestra compasión lo hace en calidad de Hijo de Dios, Hijo de María y Hermano y Señor nuestro. De profundo impacto espiritual es la súplica, por no decir mandato, que además de a Lucía dirige a todos sus hermanos: "Ten compasión del corazón de tu Santísima Madre que está cubierto de espinas".
El Divino Niño Jesús apela a nuestra condición de hijos de María, realidad inseparable de nuestra condición de hijos de Dios, para reclamar nuestra compasión. Es la suya una llamada clamorosa y urgente que solicita de nuestra parte vivir con responsabilidad las exigencias de nuestra condición de hijos redimidos, lo que conlleva compartir los padecimientos de Cristo y de María por la salvación de los hombres.
Del libro “Divino Niño de Pontevedra”


 Queriendo responder a este llamamiento del cielo, Los Hermanos de la Fraternidad han preparado estas tres publicaciones con el fin de dar a conocer este mensaje y ofrecer un material para poder realizar la reparación pedida:


 Autor: P. Manuel Mª de Jesús


Otros títulos:

Tuy - Pontevedra



El mensaje del Corazón de María, que comenzó en Fátima, está muy vinculado a los lugares de Tuy y Pontevedra.


En estos dos lugares, estando Sor Lucía, (una de las niñas videntes de las apariciones de Fátima), como religiosa  dorotea, tuvo la aparición del Corazón de María:
En Pontevedra pidiendo la Reparación de los Primeros Sábados. 
Y en Tuy pidió la consagración de Rusia a su Corazón Inmaculado.


La Virgen María es uno de los tres “amores blancos” de los A.J., junto con el Papa y la Eucaristía.


Visitamos, pues, estos dos lugares el pasado sábado 5 de mayo, primer sábado de mes. Haciendo una hermosa ruta: Desde Tuy a Pontevedra pasando por La Guardia y Bayona.
Nos acompañaron durante el viaje las voces de Inma y Luci, ambas sopranos que nos dieron el “do de pecho” en la subida al monte Tecla.






El Corazón de María: tierra buena


BENEDICTO XVI



El Corazón de María ha sido “tierra buena” que ha acogido con plena disponibilidad la Palabra de Dios, de manera que toda su existencia, transformada según la imagen del Hijo, ha sido introducida en la eternidad, alma y cuerpo, anticipando la vocación eterna
de todo ser humano.

Que la contemplación del misterio de Cristo y la meditación asidua de la Palabra de Dios acreciente en nosotros el deseo de servirle para que, a ejemplo de la Virgen María, fundemos nuestra vida sobre la roca firme de la fe y aceptemos con prontitud
la voluntad amorosa de Dios. 


Mayo para María


El amor verdadero se llama Caridad y consiste en el amor desinteresado a Dios y al prójimo, así define magistralmente San Pablo cómo debe ser el verdadero amor: “El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece,  no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido,  no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad.  El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.”

Así es como nos ama nuestra Madre María Santísima: Es todo paciencia con nosotros, todo atenciones, no nos echa en cara tanto bien como hace por nosotros, ni se irrita, ni busca su beneficio, sino el nuestro. Así es el Corazón Inmaculado de María, todo Caridad y Misericordia: disculpa, cree, espera, soporta.

¿Quién no sentirá ternura y compasión hacia este Corazón que tanto se entrega a sus hijos y no recibe de ellos más que ingratitudes?, no seamos nosotros de esos que pasan de largo, muy ocupados en no hacer nada. No hay cosa más urgente que hacer cada día sino alegrar el corazón de una madre.

Llevar flores a María en el mes de mayo no es cosa del pasado, es cosa de hoy, de ahora. Presentar a la Virgen Santísima la propia vida y entregarse del todo a Ella es cosa de hoy. Amar desinteresadamente a la Reina del Cielo es para hacer cada día y a cada segundo. Cantar a María Santísima desde el altar del propio corazón es detalle de verdaderos hijos.

¡La Iglesia entera se pone en pie en este precioso mes del año, cuando la primavera estalla en colores, y le ofrece a su Madre las flores más hermosas, los cantos más alegres, en un acto puro de amor!
Cuánto ha de gozar el Corazón de una madre con el cariño de sus hijos. Cuánto se alegrará el Corazón de la Virgen Madre viendo a pequeños y mayores tributarle homenajes desde lo más hondo de sus corazones.

Nadie puede quedar al margen de esta magnífica orquesta que le canta su Amor a María: el altar colocado en el lugar mejor y más visible de la casa, las flores siempre frescas a sus pies, las jaculatorias que serán besos desde el alma, las oraciones y los cantos en familia, en torno a la Madre.
Seamos verdaderamente caritativos con nuestra Madre, hemos de hacer la práctica del mes de mayo con piedad, amor y verdadera devoción a María Santísima.

MES DE MAYO A LA VIRGEN


Día 1 María fue predestinada para ser Madre de Dios. 
Yo he sido creado para salvar mi alma. 
Pensaré hoy un minuto: ¿me salvaré con la vida que actualmente llevo?

Día 2 María fue Inmaculada
Yo estoy lleno de malas inclinaciones.
¿procuro resistir a ellas? ¿soy víctima de alguna pasión?

Día 3 María fue llena de gracia.
¿Estoy yo en gracia de Dios?
¿hay en mi conciencia algún pecado que me cause remordimiento?

Día 4 María fue nuestra Corredentora.
Yo soy cristiano,
pero, ¿corresponden mis obras a la dignidad de cristiano y redimido por Jesús y María?

Día 5 María fue santa y santísima.
Yo soy un pobre pecador, aunque esta afirmación repugne a mi amor propio.
Lo reconozco y me humillo ante Dios.

Día 6 María hace las paces entre Dios ofendido y el hombre pecador.
Debo ser agradecido por ello.
Si hoy muriese, ¿sería Jesús mi Hermano o mi Juez?

Día 7 María nos ama, porque sabe que nos ama Dios.
Muchas veces digo que amo a María.
Pero si la amo, ¿porqué peco?

Día 8 María es Madre de Dios.
Esta dignidad, casi infinita, la coloca por encima de todos los Ángeles y Santos. Grande es por tanto su poder.
¿La invoco y la venero debidamente?

Día 9 María es Madre nuestra
Así lo quiso Jesús al expirar en la cruz. Ella nos ama como a hijos suyos.
¿Soy yo digno de tal Madre?

Día 10 María es modelo de toda virtud
¿Pueden los demás edificarse con mis buenos ejemplos?. Si no la imito, ¿cómo puedo decir que la amo?

Día 11 María era piadosa y devota
¿cumplo yo mis prácticas cristianas? ¿las dejo por respetos humanos o por motivos vanos?

Día 12 María era amable y respetuosa con todos
¿Cómo me porto con los de mi familia? ¿me hago repulsivo con mi mal genio reprimido?

Día 13 María era digna de toda veneración.
¿Procuro yo hacerme respetar con el cumplimiento exacto de mis deberes familiares y sociales?

Día 14 María, como su divino Hijo, hacía bien a todos.
Era la gran Bienhechora.
¿Procuro hacer bien a los demás? ¿doy limosna a los necesitados?


Día 15 María es la Reina de cielos y tierra,
porque es Madre de Dios. Inmenso es su poder. Yo también, con su auxilio seré poderoso para vencer las tentaciones, por fuertes que éstas sean.

Día 16 María es nuestra abogada. 
Ella intercede por nosotros. ¿quién no confiará en Ella? ¿qué podemos temer con tal intercesora?. Acudamos a Ella confiadamente.

Día 17 María es misericordiosa.
Se compadece de nuestras miserias; y tanto más se compadece cuando mayores son las miserias de los que la invocan.

Día 18 María es refugio de pecadores. 
¿quién más miserable que el que está en pecado? ¿quién más digno de compasión que el que está en peligro cierto de caer en el infierno?

Día 19 María era humilde.
Con su ejemplo nos enseña a reprimir los ímpetus de nuestro orgullo. ¿Eres de aquellos que se hacen antipáticos por su soberbia?

Día 20 María era casta y pura.
Su vida contrasta radicalmente con la depravación de costumbres de nuestros días. ¿Te afea alguna salpicadura de vicio impuro?

Día 21 María era pobre,
a pesar de ser descendiente de reyes. ¿Tienes apegado el corazón al dinero? ¡cuántos imitan a Judas por un puñado de oro que tendrán que dejar un día!

Día 22 María guardó fidelidad 
a Dios y a los hombres. Guarda tú perfecta fidelidad en tu estado, en tu profesión y oficio. Que la conciencia no tenga que reprocharte nada.

Día 23 María era pacífica. 
Hay caracteres que ni tienen paz consigo mismos ni la dejan tener a otros. ¡Qué poco imitan esos tales la paz y la tranquilidad que reinaba en la casa de Nazaret!

Día 24 María era modesta,
y todos cuantos la miraban se sentían mejorados en su espíritu. La falta de modestia sólo puede agradar a los seres moralmente degenerados.

Día 25 María padeció mucho.
Ella sí que sabe lo que es padecer. Y te enseña también a saber sufrir las penas de esta vida con resignación y paciencia.

Día 26 María es nuestra defensa
contra todos los ataques de nuestros enemigos espirituales, contra todos los incentivos del mundo, contra toda tentación.

Día 27 María es estrella del mar
porque nos guía en nuestras dudas y peligros. ¡Dichoso quien pone su salvación en manos de María!

Día 28 María es ciudad de refugio, 
a quien podemos acudir para librarnos de la justa indignación de Dios a causa de los pecados cometidos. Encomendémonos a Ella.

Día 29 María será nuestra consoladora
en la hora de nuestra última agonía y no dejará perecer a ninguno de sus devotos. ¡Qué confianza ha de inspirarnos Ella!

Día 30 María es la puerta del Cielo.
Por Ella entraremos en la posesión de nuestra eterna felicidad. ¡qué seguridad es entrar en el Cielo acompañados de María!

Día 31 María es Medianera de todas las gracias. 
Dios pudo concedernos sus gracias sin María; pero ha determinado no concederlas sino por su intercesión. Pidámoslo todo por Ella.

Texto tomado  de Misal Regina